PARALELO16 Espacio alterno.

Espacio alterno.

En ejercicio de la palabra, imagen y libertad.

sábado, agosto 13, 2011

Chuleth: ¿Qué pasa con el corazón?

Chuleth: ¿Qué pasa con el corazón?: "Hay veces que me pregunto que pasa con mi tonto corazón ¿No les ha sucedido que hay veces que creemos estar enamorados? Digo que creemos por..."

viernes, septiembre 08, 2006

Soy totalmente Lucrecia



El imperio de la ley o muerte en dos piernas

Texto:Valeria Valencia.

Fotografia: René de Jesús.


No sabía si era el frío de la muerte o del cañón de la pistola en su sien el que empezó a recorrer su cuerpo. “¿Dónde está el video? ¡Dame ese video!” Alcanzaba a escuchar decir al desconocido. Minutos después en la calle oscura y solitaria, se oyó el sordo ruido de uno, de muchos disparos.

Hoy era él, mañana podías ser tú. Le hicimos entre todas su novenario de rezos. Era una amiga muy querida. El último día de rezos, me acuerdo muy bien, nos abordó una camioneta negra y nos quiso subir a la fuerza a una amiga de Campeche y a mí. Pero no nos dejamos, corrimos en sentido contrario y nos dimos vuelta por otra calle y los perdimos. Teníamos mucho miedo. Agarramos un taxi y nos fuimos. Después de eso yo ya no quería salir ni a la esquina, nuestra vida pendía de un hilo. Eso fue en el 91.

Fueron varios amigos que se fueron así. Muy pocos corrieron con suerte y escaparon de esa cacería. Otros no lo contaron, como aquel que lo encontraron con 18 tiros en todo el cuerpo. En total fueron 57, entre travestis y no travestis los que mataron.


Los tres periodistas han dejado de apuntar en la libreta y de tomar fotos. Se dan cuenta que han ingresado no a la Estética Internacional de Lucky, sino a un mundo paralelo, de lágrimas enjugadas con pelucas rojas, de alegrías resguardadas en el sostén abultado, de recuerdos tan pegados a su memoria como el pantalón que porta, de ilusiones tan coloridas como su maquillaje.

Yo quiero ser como tú

Trabajaba en shows travestis en el Lesdy Rock y otros bares. En el 95 se hizo un grupo que se llamaba Obsesión Travesti show que lo formó una señora, y trabajábamos en un bar, Los pinos, que estaba en la Calzada a Villaflores. Ahí nadie nos molestaba, pero luego vino la grilla y muchas se fueron a sus tierras. Los pocos travestis que hay en Tuxtla son mal pagados. Por eso muchos ya no quieren serlo porque se invierte mucho. Son pocos los que quedan, los de antes, son contaditos.

Antes era peleado, habían muchos grupos. En el Latin lover, la señora era muy exigente, ella quería vestidos tapizados de lentejuelas, maquillajes finos y no las quiero gordas, nos decía. Teníamos que dar el número (musical) exacto. Después vinieron nuevas generaciones que nos admiraban, nos decían “quiero ser como tú”. Ahora el que es travesti es porque quiere serlo.

La travesía de las locas

Estudiaba en la prepa y en la tarde no tenía nada que hacer, y el señor Arturo, dueño de Los explosivos, nos dijo formen un grupo, pero no teníamos las tablas suficientes. Hicimos lo que pudimos: rola la falda de tu prima, la peluca. Empezamos de la nada.

Imitábamos a las artistas de moda: Maricela, María Conchita Alonso, Aida Cuevas. El sueldo era baratísimo, 150 pesos semanal, porque no incluía vestuario. El primer show empezaba a las 2 de la tarde, llegábamos desde la 1 y nos daban de comer y el otro era hasta las 8. En Terán lanzaron otro bar, el Santis bar y ahí seguía la travesía de las locas.

Luego mandaron a traer grupos de fuera porque no había suficientes, y se hizo la competencia, hubieron tres grupos y se aventaban a ver quién era mejor. Los travestis de fuera tenían reglas: entrabas al camerino y hasta que terminabas y salías, nada de andar de mesa en mesa. Era su prestigio de artistas. En cambio nosotras cantábamos y echábamos chelas que nos invitaban los clientes. Acabábamos bien borrachas.

Tatiana, la más piernuda

Sobraba quien nos regalara flores y muñecos. Llegué a tener una gran colección de muñecos, un cuarto entero. Nuestra clientela era de todo tipo porque era la época de las travestis, iban para ver qué era un travesti, desde el más pobre hasta el más rico. La que se llevaba la noche era Tatiana, la más joven y la más piernuda. Sí, llegaban políticos, vimos a varios del gabinete pero disfrazados.

Mandamos una vez a Ivonne al concurso de señorita Gay en México y nos trajo el primer lugar. Ella vive aún, trabaja en shows todavía. No, yo no participé porque nosotras éramos la variedad, el show, y hacíamos lo mejor posible. Hay quienes se quisieron ir más arriba, se fueron a México, se operaron, otras son modelos. Las admiro. Si no cruzas el río no sabes qué hay del otro lado.


“Escuela de travestis”

En Chiapas hubo un gran apogeo y muchas venían de fuera a conocernos. Hubo un señor de nombre Elías que acá por el rastro puso un bar y le puso entre comillas Escuela de travestis, era como La Academia pero en pobre. Los preparaban para shows profesionales, les enseñaba a modelar. Se hizo otro grupo. El boom se acabó luego de Patrocinio.


Sodoma y Gomorra se quedó atrás

Me lo contaron porque yo no fui. Hubo una fiesta supuestamente allá por el deshuesadero de Copoya. Llegaron varias personalidades, hasta un presidente municipal de Tapachula. Dicen que Sodoma y Gomorra se quedó atrás. Ahí fue donde llegó el gobernador y se vistió de mujer. Dicen que había una cámara que lo grabó todo. Tiempo después el video se expuso en un lugar y luego en un diario se especuló que ere el gobernador y eso fue lo que lo encabronó. Lo primero que se le ocurrió fue irse contra las travestis.

La cacería empezó

Algunos se fueron a vivir a México, por miedo. Hoy una, mañana dos. Fueron 57 en total acá en Tuxtla, entre travestis y no travestis. Empezaron a matar por matar. Los encañonaban y les decían: quiero que me des el video. El primer asesinato fueron tres travestis, allá en el Escopetazo.

Te mostraban las fotos de travestis ya muertas y ensangretadas preguntándote si las conocías. A las trasnochadas les iba peor porque las sometían a tortura. Fue una cacería de brujas. Antes no se defendía a nadie, no existían las comisiones de derechos humanos.

José Godoy, un travesti quiso organizarnos para defendernos contra la policía, pero de repente nos avisaban que ya había muerto una y corríamos a verla. ¿Pero quiénes eran? Puras camionetas negras. Armas de 9 milímetros. A uno le metieron 18 tiros.


La época de talonear

Luego hubo una época hermosa, cuando todas taloneábamos en plena avenida central sin que nadie nos ofendiera. Lo hacíamos libremente, sin miedo. Era una fiesta salir con vestidos elegantes, zapatillas altísimas, pelucas rubias, bien maquilladas y buscar cliente que eran sobre todo hombres adinerados en busca de nuestra compañía o un acostón o las dos cosas, ya eso lo arreglábamos después. Pero luego vinieron travestis de fuera que se dedicaron a robar, y esa época se acabó.

Jotomía

Cuando se acabó el grupo de Los pinos en el 98, porque la señora se metió a la política, hicimos giras al interior del estado, a la costa, al norte. Éramos unas artistas, unas diosas. Imitábamos a las artistas más locochonas. Los maquillistas y diseñadores nos admiraban, nos preguntaban cómo le hacíamos. A la Trevi ya no la metíamos porque se revuelca mucho. Mis números eran de Marisela, Rocío Durcal y mi número fuerte Ednita Nazario, sí, por el parecido. Un tiempo hicimos “Jotomía”, era un espectáculo difícil por el vestuario y los abanicos. Era único en el país. Al terminar las giras nos cansamos y cada quien se fue por su rumbo. Unas se dedicaron a estudiar, otras al comercio. De 20 quedaron 3 o 4.


“Nada de mariquerías”

Tengo 7 años. Estoy en la primaria y me doy cuenta que soy una niña pero en el cuerpo de un niño. Mi hermano mayor me decía: nada de mariquerías. Mi papá era militar y era muy estricto. De seis hermanos éramos: dos mujeres, 4 hombres y yo. Soy la más chica. Yo me salí de mi casa a los 12 años por el maltrato de mi papá, por las exigencias, pero me encontraron y me regresaron, seguí estudiando a escondidas de mi papá con la ayuda de mi mamá que era mi hada madrina. Hay experiencias de él que yo las recuerdo como malas pero ahora sé que fueron buenas porque no soy un inútil, aprendí cosas.
.Me quiso llevar al ejército y yo les dije: ahí si no, no quiero ser lo que ustedes quieran, pero me llevaron y lo que dijo el comandante fue: la queremos para la cocina. Más se enojó mi papá. O me lo dejas una semana, está bien jovencito, me lo llevo de querido. Me salí de mi casa. Pero ya empezaba esto del show, tenía 18 años y sabia lo que quería, tuve una pareja y me dije que no regresaría a mi casa nunca hasta que no lleve dinero y tenga negocio propio. Y lo hice.


De estilista a administrativa

Tuve estudios, llegué hasta la universidad. Terminé la carrera de sicología. Tras esta persona que ves, hay un profesional también, tal vez frustrado pero poco a poco la ayuda llegó, no creo sea tarde. Mi vida era rutinaria. Todo alrededor de la estética. Es muy esclavizante, tengo que estar al servicio de la gente.

Hace dos años, con cliente platicando, le dije que había estudiado sicología y trabajo social. ¿Qué chingado haces aquí?, me dijo. Te necesito en mi oficina. ¿Sacrificarías algo de ti por trabajar? Depende, cuánto vas a pagar, le respondí. Me pidió cambiara mi vestimenta, en ese entonces estaba yo de minifalda y rubia a todo lo que daba.

Tuve que comprar pantalones, playeras, zapatitos, no de hombres sino unisex. A mis compañeros de trabajo los prepararon, les dijeron: quiero que a esta persona lo traten como es, le vamos a pagar por lo que sabe. Desde entonces soy administrativa de una empresa editorial.


Solos y promiscuos

Todos los estilistas de Tuxtla, la mayoría, los gays y travestis, somos personas solas. No porque queramos, sino simplemente nos tenemos que escapar de la casa y salir a soñar y a vivir nuestra propia intimidad. Podría vivir en mi casa, pero no tendría una pareja. Podrían vivir conmigo, pero una o dos semanas.

Nos han catalogado por personas promiscuas, con demasiadas parejas. Y es cierto, no lo vamos a negar, pero no todos. De 10, 9. ¿Para qué engañarnos? Tenemos la libertad de escoger a quien queremos de pareja mañana, por eso somos personas solas, solitarias. Tal vez porque no pensamos en ello y cuando lo tenemos no lo valoramos. No ven el sentimiento. En dos te amos y tres te quieros, caemos. Pero hoy me enamoro y mañana me desenamoro.

Moriré siendo hombre

Me han tocado de parejas a personas heterosexuales, pero al estar conmigo son gays. Él es hombre y yo hago el papel de mujer, pero no nos entendemos. Una vez le dije a un taxista: ¿sabe de dónde vengo? De estar con una persona y mi pareja me está esperando en mi casa. Y me dijo algo que nunca había pensado: tienes el sentimiento de un hombre y el hombre por naturaleza es mujeriego. ¡Y tiene razón!. Yo nací hombre, viviré siendo hombre y moriré siendo hombre.

Sí he estado enamorado. Acabo de salir de ese hoyo. Tengo parejas pero son aprendices de experiencias. Me ven y me dicen, me gustas. Acá ya no existe eso de la manita. La primera pareja que tuve si. Ahorita ya no. Nos conozcamos en la cama a ver si funciona. Nos conocemos, vivimos juntos, nos agarramos y terminamos.


Hombre, mujer, demonio, quimera u lo que sea

Somos personas que escuchamos nada más, pero no levantamos la mano, tenemos miedo todavía. Yo no, yo no tengo miedo, estoy hablando en plural, por todos los demás. Por ejemplo, cada año el evento del estilista que abarca hombre, mujer, demonio, quimera u lo que sea, como dijeran en Coita. Es para que nos reunamos, pa comer gente, y no vamos. Por miedo.


Alejandra Lucrecia
Desde que me puse el mote me considero Lucky, aunque siempre me quise llamar Alejandra o Alexa porque mi nombre es Alejandro. Pero nunca se me hizo. Siempre Lucky y Lucky, y de ahí saltó a Lucrecia y ese es mi nombre, Lucrecia Treviño.